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lunes, 13 de abril de 2020

Canción de la novia del Pescador, Jesus Lopez Pacheco 1961. Nuestro Pequeño Mundo. Adolfo Celdrán



Canción de la novia del Pescador
A la pesca del atún
Se van los mozos.
Que no se enfade la mar
y vuelvan todos.
¡Ay, madre, que se me va,
que se me marcha mi novio!.
De la pesca del atún
vendrán los mozos
y traerán las barcas llenas
de peces de oro.
¡Ay, madre, me casaré,
si quiere el mar, en otoño.
Jesús López Pacheco. Canciones del amor prohibido (1961)

Recordé este poema musicado, que desconozco el año en que se publicó, sobre el 1970, pero no he podido localizarlo con seguridad, buscando una versión que creía recordar de “La Saeta” de Nuestro Pequeño Mundo”, buscando en el baúl de los recuerdos encontré un disco recopilatorio de finales de 1974 (“Cantar de la Tierra Mía”), que incluía una versión de La Saeta, y este poema de Jesús López Pacheco, lo que es una disculpa para recordar a este poeta de la generación del “50” (Madrid 1930- Toronto Canadá 1997), que además de su labor literaria fue un gran traductor, Recomendables además de sus poemas  es el libro el homovil (El homóvil o la desorbitación : libro de maquinerías: polinovela multinacional. Editorial Debate, Madrid. ISBN 84-8306-952-0.)
En 1970 el Alicantino Adolfo Celdrán musicó también este poema en su disco Silencio (segundo tema de la cara A), con una portada con cuadro de Juan Genovés (Valencia 1930) que es difícil de olvidar (por cierto hay obra expuesta en el MACA de Alicante, Museo que (cuando esto acabe) siempre es agradable de ver

Señalar que la unión de Jesús López Pacheco con el mar aparece  tras pasar un par de veranos en Cudillero donde realizó el Servicio Universitario de Trabajo saliendo a la pesca con las embarcaciones pixuetas,. Mas adelante publicó un libro de poemas llamado: “Mi corazón se llama Cudillero”, Tras su muerte dejó su legado al Archivo Histórico de Asturias (2009), pero al final no se pudo llevar a término.
Acabo con mas poemas de Jesús López Pacheco

MARAVILLOSAMENTE

Maravillosamente es ya posible
desayunar temprano en Canadá
y cenar en Madrid, un poco tarde,
después de haber comido en pleno Atlántico.

Maravillosamente, el mundo es
una pequeña aldea para algunos,
y el mismo sitio triste para tantos
que nunca vuelan ni siquiera en sueños.

De la serie Poemas para los que están en las nubes. Lbro Asilo Poético 1992

EPIGRAMA DE UN INGENIODE LA CORTE IMPERIAL

La sociedad de consumo
tiene su propia cultura:
producir basura y humo,
o, si no, humo y basura.

Del Calendario Zaragozano (año 1997)

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