Del Trono a Prisión (Parte 1 de 3)
Pasar del trono a presidio o a otros sitios, quizá peores, es anterior obviamente a la Revolución Francesa. A lo largo de la Historia los principales responsables de los regicidios han sido sus iguales, y los motivos siempre relacionados con el de ostentar el poder.
Quien gana (o en nuestros días, aunque no gane tenga el poder) escribe la historia, normalmente desde el punto de vista de los vencedores
Toda esta larga parrafada, está en relación con un Romance que os quería presentar hoy, muy difundido y con variadas versiones. Pero es cierto que todo suele ser mas complejo e interesante, sobre todo si se profundiza un poco en ello, por lo que para llegar a mi objetivo de contaros ese Romance, tengo que contaros otros dos previamente y parte de la Historia, que rodea al mismo, alguna muy conocida pero con connotaciones curiosas que a lo mejor no conocéis y os pueden resultar interesantes
Corría el año 1016 (más o menos) de nuestra era cuando nació un joven que con el tiempo llegaría a Rey, Se llamaba Fernando, y era el segundo hijo del Rey de Pamplona (Sancho III el Mayor) y de Muniadona, hermana del Conde de Castilla García Sánchez. Su padre divide el reino entre sus tres hijos dejando a su primogénito Sancho Garcés III el Reino de Navarra y a Fernando el Condado de Castilla
Fernando casa con Sancha la hermana del Rey de León (Bermudo III), Fernando, batalla contra su cuñado y lo mata y contra su hermano, consiguiendo mejoras territoriales entre las fronteras castellano-navarras. Tras la muerte del Rey de León es coronado Rey y Emperador del Reino de León con el nombre de Fernando I de León, con la lógica oposición de los leoneses ya que tener como Rey al que ha matado a anterior Rey, aunque normal era un poco raro (en este caso se alegan derechos de cónyuge)
Luego como Fernando I era un poco hiperactivo se dedica a batallar contra los reinos de Taifas de Zaragoza, Toledo, Badajoz y Sevilla, y de paso aprovecha el tiempo para tener cinco hijos (ya llegamos al meollo de la cuestión) Urraca, la primogénita pero mujer al fin y al cabo, Sancho, Alfonso, García y Elvira
Siguiendo la tradición navarra ya que el ordenamiento hispanogodo, no lo contemplaba así decide dividir el reino entre sus hijos (lo mismo que se había hecho unos cien años antes con el Reino de Asturias) pero con resultados más sangrientos como veremos mañana
Urraca no está de acuerdo (los libros dicen que era una mujer sabia) y el Romance (recogido por Menéndez Pidal) así lo cuenta
Romance de Doña Urraca
(… Cuentan que la infanta doña Urraca, se fue para Cabezón a quejarse muy “malamente” al rey Fernando, su padre)
—Morir vos queredes, padre,
¡San Miguel vos haya el alma!
Mandastes las vuestras tierras
a quien se vos antojara:
diste a don Sancho a Castilla,
Castilla la bien nombrada,
a don Alfonso a León
con Asturias y Sanabria,
a don García a Galicia
con Portugal la preciada,
¡y a mí, porque soy mujer,
dejáisme desheredada!
Irme he yo de tierra en tierra
como una mujer errada;
mi lindo cuerpo daría
a quien bien se me antojara,
a los moros por dinero
y a los cristianos de gracia;
de lo que ganar pudiere,
haré bien por vuestra alma.
¡San Miguel vos haya el alma!
Mandastes las vuestras tierras
a quien se vos antojara:
diste a don Sancho a Castilla,
Castilla la bien nombrada,
a don Alfonso a León
con Asturias y Sanabria,
a don García a Galicia
con Portugal la preciada,
¡y a mí, porque soy mujer,
dejáisme desheredada!
Irme he yo de tierra en tierra
como una mujer errada;
mi lindo cuerpo daría
a quien bien se me antojara,
a los moros por dinero
y a los cristianos de gracia;
de lo que ganar pudiere,
haré bien por vuestra alma.
Allí preguntara el rey:
—¿Quién es esa que así habla?
Respondiera el arzobispo:
—Vuestra hija doña Urraca.
—Calledes, hija, calledes,
no digades tal palabra,
que mujer que tal decía
merecía ser quemada.
Allá en tierra leonesa
un rincón se me olvidaba,
Zamora tiene por nombre,
Zamora la bien cercada,
de un lado la cerca el Duero,
del otro peña tajada.
¡Quien vos la quitare, hija,
la mi maldición le caiga!
Todos dicen: «Amen, amen»,
sino don Sancho que calla.
—¿Quién es esa que así habla?
Respondiera el arzobispo:
—Vuestra hija doña Urraca.
—Calledes, hija, calledes,
no digades tal palabra,
que mujer que tal decía
merecía ser quemada.
Allá en tierra leonesa
un rincón se me olvidaba,
Zamora tiene por nombre,
Zamora la bien cercada,
de un lado la cerca el Duero,
del otro peña tajada.
¡Quien vos la quitare, hija,
la mi maldición le caiga!
Todos dicen: «Amen, amen»,
sino don Sancho que calla.
La interpretación corre a cargo del grupo segoviano “Nuevo Mester de Juglaría” “Todo Duero”, vigésimo segundo disco del grupo, la canción es el duodécimo corte
"Ven acá mentecata e ignorante -que así te puedo llamar, pues no entiendes mis razones y vas huyendo de la dicha- si yo dijera que mi hija se arrojara de una torre abajo, o que se fuera por esos mundos, como se quiso ir la infanta doña Urraca, tenías razón de no venir con mi gusto; pero si en dos paletas, y en menos de un abrir y cerrar de ojos, te la chanto un "don" y una "señoría" a cuestas, y te la saco de los rastrojos, y te la pongo en toldo y peana, y en un estrado de más almohadas de velludo que tuvieron moros en su linaje los almohades de Marruecos, ¿por qué no has de consentir y querer lo que yo quiero?".
Y por acabar con un poco de música os dejo con otro Romance de los pocos en los que el género femenino no es santa o espera, y recogido por Amancio Prada en su disco Del amor que quita el sueño - Romances y canciones del Reino de León del 2010, tema con el que se abre el disco
Romance de rosa fresca
¡Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando yo os tuve en mis brazos,
non vos supe servir, non:
y agora que vos servía
non vos puedo yo haber, non!
- Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía non;
enviásteme una carta
con un vuestro servidor,
y, en lugar de recaudar
él dijera otra razón:
que érades casado amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
e hijos como una flor.
- Quien vos lo dijo, señora,
non vos dijo verdad, non;
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que non sabía de amor
Perdonar la extensión mañana creo que será más fácil ir al grano
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